Una serie de encuestas, estudios y revisiones ha puesto de relieve que el tratamiento de los pacientes con dolor crónico no es óptimo. Una encuesta europea en adultos con dolor crónico concluyó que este importante problema de salud necesita ser tomado más en serio debido a su carga en los sistemas de salud y carga socioeconómica, y a las altas tasas de tratamiento inadecuado del dolor.
Es conocido que los pacientes con dolor crónico cambian frecuentemente de médico en su búsqueda del alivio del dolor.
Algunos estudios permiten la identificación de las barreras potenciales para el tratamiento eficaz del dolor.
Barreras potenciales del paciente/cuidador
Existen barreras obvias del médico o el paciente para el tratamiento óptimo, como son los problemas de comunicación. El paciente o el cuidador pueden no entender el mensaje del médico. Algunas de las principales barreras que afectan la comunicación son del tipo psicológico, físico y de actitud: Comorbilidades médicas y psicológicas barreras del lenguaje tradiciones culturales Fatalismo o creencia en la “inevitabilidad” del dolor. También, ansiedad, miedo, angustia, o alteración cognitiva por parte del paciente, pueden interferir con el tratamiento óptimo del dolor. Otras barreras potenciales son la falta de disposición de informar del dolor al médico, bajas expectativas de obtener una analgesia eficaz, o miedo a que el dolor se identifique con un empeoramiento de la enfermedad.
El miedo a los efectos adversos relacionados con el fármaco es otra importante barrera del paciente para el tratamiento óptimo del paciente.
Barreras potenciales del profesional de la salud para un tratamiento eficaz del dolor
Las barreras potenciales del profesional de la salud son una evaluación insuficiente del dolor y de las discapacidades relacionadas con el dolor y dificultades o insuficiencias en el diagnóstico del dolor.
Existe la evidencia de que muchos médicos consideran no tener entrenamiento en el tratamiento del dolor y existen informes de una sensación de baja competencia en la evaluación del dolor del paciente. La falta de actualización sobre las actuales opciones de tratamiento y de los exámenes o asuntos legales para la prescripción de sustancias controladas puede afectar las decisiones del médico sobre el tratamiento del dolor.
La dificultad en el diagnóstico y el tratamiento del dolor también aumentan debido a factores como disparidad de criterio en la valoración de la intensidad del dolor entre médico y paciente, mala comunicación médico-paciente y el tiempo de consulta insuficiente para dedicar a cada paciente.