La salud de las mujeres depende de distintos
procesos y el entorno influye. Según un estudio del Centro de Investigación Biomédicaen Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) existen unas diferencias que las condicionan. Nivel de ingresos, mercado laboral, relaciones sociales,
familia y, por supuesto, maternidad, influyen más de lo que parece. "Las madres..
La salud de las mujeres depende de distintos
procesos y el entorno influye. Según un estudio del Centro de Investigación Biomédicaen Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) existen unas diferencias que las condicionan. Nivel de ingresos, mercado laboral, relaciones sociales,
familia y, por supuesto, maternidad, influyen más de lo que parece. "Las madres solteras son con más frecuencia desempleadas y con mayor riesgo de pobreza, lo que podría explicar sus desigualdades en materia de salud" Carme Borrell, de la Agencia de
Salud Pública de Barcelona, sugiere promoverp oliticas de igualdad que atiendan a las más desfavorecidas. Las politicas igualitarias en salud universal deberían complementarse con otras concretas para que la salud de las mujeres no se
viera perjudicada. Por su parte, Silvia Rueda, Jilian Reynolds, Gloria Pérez y Sara Trujillo señalaron que las madres con más ingresos podían afrontar la crianza más cómodamente. Esto demuestra que la posición socioeconómica yla clase social influyen en
la maternidad e indirectamente en la salud de la mujer. Peor salud, las madres en solitario Si una mujer ejerce la maternidad sola, su salud es peor que si vive en pareja, según recoge la agencia SINC. Para más matices, la salud de la mujer separada o viuda es peor que la de aquellas quehan decidido embarcarse solas en la maternidad. Las autoras consideran como riesgos el desempleo, la falta de
apoyos sociales, una sociedad estratificada o la vivienda. "Las mujeres con altos ingresos cuentan con más posibilidades de cubrir sus necesidades en el momento de la crianza" El informe del centro de investigación pone de manifiesto que las madres solteras tienen más desempleo y, por tanto, más riesgo de pobreza. Esto explicaría las desigualdades
que hacen que la salud de las mujeres sea peor. La distribución desigualitaria del poder y los recursos entre mujeres y hombres son, pues, claves para embarcarse en la aventura de la maternidad. Borrell tiene claro que las politicas de bienestar adecuadas
amortiguarían la brecha de género, lo que aumentaria el deseo de ser madre en muchas mujeres. No obstante, apunta que no hay que olvidar los derechos laborales porque, muchas veces, se percibe la crianza como una pérdida de perspectivas laborales.
El CIBERESP no ha querido pasar por alto los distintos contextos socieconómicos y políticos. Como ejemplo, señalaron que, en Suecia, las madres solteras tienen las suficientes ayudas socioeconómicas como para considerarse grupo desfavorecido. En Noruega, por su parte, existen menos posibilidades de ser pobre que en Canadá porque las transferencias son mejores. La salud de las mujeres mejora si hay un
apoyo social y familiar junto a ellas que mejore el bienestar psicológico. Ante la existencia de politicas de empleo conciliadoras es menos complicado
equilibrar maternidad y trabajo.
l modelo de "familia tradicional" hace que la mujer desempeñe el papel de cuidadora y tenga una incorporación al mercado laboral menor.
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